EL RUMOR COMO UNA FORMA DE VIOLENCIA

 


El rumor como una forma de violencia cotidiana

 

Gordon W. Allport y Leo Postman aseguran que gran parte de la conversación de sociedad es intercambio de rumores, definiendo éste como aquel mensaje especifico que se pasa de persona a persona, por lo general oralmente, sin medios evidenciables seguros para demostrarlo, el mensaje debe ser interesante, seductor, y secreto. 

 

Dichos autores dividen el rumor en: rumor ocioso, como aquel, que llena el dialogo cuyo objeto no sea otro que transcurrir un rato amable con nuestros amigos y rumores intencionales, que apuntan a un fin determinado y sirven a importantes objetivos emocionales.  Una de las características del rumor estriba en la suposición de que éste es un hecho cierto, aun cuando quien lo relate advierta que es sólo un rumor. Los rumores son de interés temporal, generalmente van y vienen, algunos vuelven a circular en oportunidades hasta tres veces. “Las característica focal de nuestra definición es la insistencia con que el rumor prolifera en ausencia de pruebas”.

  

Admitiendo que la circulación de rumores es siempre un problema social y psicológico de gran magnitud, lo es en especial modo en momentos críticos. Sobre todo cuando el ambiente social se hace decisivo se torna realmente virulenta la difusión de noticias falsas.

 

En períodos de crisis se incrementa la circulación del rumor, sobre todo por la ausencia de claridad y la incertidumbre con la cual hay que lidiar cotidianamente. En cuanto a aquellas personas que creen ardientemente en los rumores Allport y Lepkin descubrieron que la gente que creía ciertos tipos de rumores relacionados con las calumnias y el descrédito,  respecto a otros, están tratando de huir de su propia conciencia acusadora.

 

Cuando son capaces de reconocer que ellos han estado inmersos en situaciones irregulares entonces tienen menor susceptibilidad  al rumor. También es común que los rumores sean diseminados por aquellos que desean atraer la atención, demostrar un conocimiento que a menudo no se tiene, es como desear demostrar que se sabe algo que el resto no lo sabe, es fantasear con el poder de la información y es que al relatar un chisme está uno momentáneamente en posición de dominio frente a quienes nos rodean.

 

Así, el de menor nivel socioeconómico suele estar mejor informado que el otro, lo que le sitúa en una posición de ventaja inicial que le ayuda a compensar la desigual posición económico-social de partida. Esto explica la gratificación que para el de menor status supone la transmisión de rumores a su superior. Además, el rumor actúa como elemento de liderazgo, ya que el líder suele serlo, entre otras razones, porque recibe mayor número de confidencias y por ello conoce mejor que nadie lo que pasa en el grupo: es el mejor informado.

 

El carácter violento del rumor radica en el hecho de que éste amenaza la tranquilidad y generalmente van con el objetivo de diseminar la hostilidad y el odio contra una persona o un subgrupo de personas en especial. Cuando los rumores son macabros y llevan malos presagios, se basan en la ansiedad y el miedo; cuando son sublimes se basan en la esperanza y el deseo, y sólo es el odio el que sostiene los cuentos acusatorios y calumniosos. 

 

Las campañas de rumores agreden directamente la moral del grupo en el cual se disemina, alimentando la desesperanza, la apatía y las diferencias dentro de dicho grupo.

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