LA CLAUDICACIÓN DEL MAS FUERTE
La crisis venezolana es inédita, nos ha
sumergido en mares profundos y desconocidos, cada día nos despierta en un
escenario nuevo en el que tenemos por obligación buscar la forma de enfrentarlo.
Ésta situación que no es ajena a ningún
venezolano dentro del país está menoscabando las relaciones de pareja, sobre
todo en aquellas en las que uno de los integrantes, por su estructura de
personalidad, previa acomodación y complementariedad de la pareja, ha asumido
el control de la mayoría de las responsabilidades tales como abastecimiento,
protección, cuidado y organización en la dinámica familiar.
La asignación de roles entre una pareja
se inicia desde el comienzo de la relación, aquellas personalidades que
ameritan llevar el control de cada situación para no caer en angustia tienden a
tomar las riendas de la dinámica familiar con la anuencia tacita de la
pareja.
La crisis actual ha inmerso a estas
parejas en una gran confusión, la forma en las que se movían y las funciones
que cada uno cumplía ya no están dando el resultado de antes; quien era el
mayor contribuyente al presupuesto familiar, protegía, cuidaba e incluso
organizaba los días libres y vacaciones, se siente exhausto y solo.
Mira a su lado y ve a su pareja, en el
mayor de los casos ya dependiente, y ve una carga, alguien que no le aporta
soluciones sino dificultades, siente en cada solicitud de dinero o de ideas o
de opinión una demanda que ya no puede satisfacer y entonces vienen las
discusiones, los reclamos, la desilusión, hasta llegar a voltear la mirada
hacia el lado contrario para encontrar a alguien que ahora se le hace atractivo
porque es “más pilas” “más echao pa’ lante” y se fascina, puede llegar o no a
la infidelidad pero sí llega la idea de la separación e incluso del Divorcio.
Pero también quien está siendo acusado
de “carga” se siente desvalorizado viéndose tentado a buscar otro que
incremente su autoestima asomándose seductora la infidelidad. La crisis pondrá
en evidencia los acuerdos tácitos que se contrajeron por la pareja y revelará
lo adecuado o no de los mismos. El llamado es a no tomar decisiones apresuradas
en el fragor de la crisis, a estudiar con calma la forma en que interactúan
como pareja, las cosas que deben cambiar y los objetivos que están determinados
en cumplir y a partir de allí crear
nuevos contratos de manera consensuada y de no ser posible lograr un acuerdo
buscar ayuda profesional.
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